«Libreta nueva. Que la libreta anterior no me llegara a fin de mes me produce un trastoque importante. Aquí mi rigidez bien firme.

Semana nueva. Misma cuarentena.

En casa siguen todos positivos.

Pedro y yo estamos libres de momento.

Hay un lío de normas y días que ya no me aclaro. Por lo que he leído, Pedro podría estar haciendo vida normal, pero ha decidido que se quedaba aquí esta semana, “por prevenir”.

Yo creo que es que se fía lo justito de mi cabeza y teme que entre en bucle si me deja sola aquí. No sé si esto me gusta o me asusta. Que se quede me encanta, claro, pero que piense que estoy tarada, pues no me hace tanta gracia. De entrada, me hago la bobita y me dejo cuidar. Me estoy dando cuenta de que estoy harta de ser la autosuficiente y autónoma. Llevo toda la vida peleándome para quitarme la etiqueta de que soy la pequeña y que todos tienen que responder de mí. ¡Ay, Sonia! Siempre igual: o calva o con tres pelucas. Igual esto es lo que me toca aprender ahora, encontrar el equilibrio entre ser autónoma y dejarme cuidar. Me parece dificilísimo».